Nostalgia

Es el inevitable y fijo paso del tiempo, una maquinaria de evolución, recuerdos y olvidos.

Con precisión nos revele una naturaleza inevitable, un destino común que no tiene más razón que una ley física, una rifa segura por un premio de entropía.

Desorden, deterioro, contaminación de la esencia pura, de la energía vital de nuestro gozo. Aún así, en ese paso obligatorio que todos conocemos esperamos residir en estos entes materiales indefinidamente y tener el privilegio de decidir el punto de apagado, el punto donde todo esta bien y la visión del conteo de arena antes de que los hilos de vida sean cortados.

Anhelar controlar el tiempo para la enmienda de acciones pareciera ser un sentimiento ingenuo y constante, una manifestación del poco provecho de cada oscilación de la vida y de sentimientos de culpas represadas, de palabras ocultas ahora en un silencio perpetuo.

Luz que nunca reconstruyo aquellos momentos de un futuro planeado nunca ejecutado, del presente que siempre podía ser más tarde, y ahora hace parte de un pasado imperfecto.

Pensé que el tiempo en su marcha disipaba continuamente, pero solo era un elemento más en la periodicidad de la naturaleza, ahora alcanzando su máximo acercamiento.

Ahora, vuelve el silencio, a la noche que cobija las sombras, que el tiempo sigue su camino.


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